viernes, 7 de septiembre de 2012

Nadie debería enamorarse de mí

Y es que el título de todo esto me lo recordó hoy mi_luna_llena, me sorprendió mucho que me lo dijera porque yo siempre estoy diciendo lo mismo, fue como un espejo, una cosa muy rara.

Estoy muy mal o muy bien, no hay puntos medios para que estas letras puedan florecer. Recordé una escena particular, me vi en un rincón del apartamento, sola pero en un rincón. ¿De qué me escondía? De la vida seguramente. ¿Por qué en un rincón si tenía todo el lugar solo para mí? Tal vez porque así sentía que al menos las paredes me abrazaban, frías y duras pero algo me acogía. ¿Y qué hacía? Llorar sin consuelo posible, llorar y llorar, me hacía bolita, empezaba con las gesticulaciones faciales que preceden al lagrimeo y de pronto, explotaba y sabía que no iba a parar en mucho tiempo, por eso esperaba a estar totalmente sola y sabía que tenía muchas horas en las que nadie llegaría a casa, solamente así sentía la plena libertad de llorar. Mis amigos siempre preguntan por qué no lloro lo normal en las películas que lo ameritan. El primer punto es que no soy normal y el segundo es que he llorado tanto por realidades tan irrenunciables, que las pocas lágrimas que me quedan no tienen la mínima intención de salir a recibir a una actuación. 

Últimamente he descubierto que puedo llorar en seco, sí, mis ojos se ven tristes, no hay lágrimas pero sí una gran tormenta por dentro que inunda y derriba todo cuanto encuentra a su paso. Es curioso porque puedo estar en medio de una clase, puedo ir en el metro e incluso conversar con alguien mientras lloro como aquellas veces en que me abrazaban las paredes. Hoy quiero ese rincón, pero no estoy sola, quiero que todos en esta casa desaparezcan, quiero bajar al sillón en el que mi abuelo y yo siempre escuchábamos a Beethoven, ah mi abuelo, siempre te necesito tanto, te busco en la música, en las estrellas, en la luna, en las montañas, en mi sangre, ¿dónde estás? Es obvio que ya no estás y no me puedo engañar con la idea romántica de que tal vez me observas y me sigues guiando, en algún punto debo entender que lo romántico no es funcional en este mundo. 

Las mejores cosas de mi vida siempre se van, tal vez sí hay un destino y ese es el mío, no lo sé, nunca sé nada. Las cosas que más he amado ya no están en este mundo y no comprendo por qué carajos yo tengo que estar aquí, sí, "tengo que". ¿Quiero estar aquí? No, para nada, no me gusta, odio estar aquí, cada día me pesa como si fuera cargando toneladas de plomo. ¿Por qué sigo aquí? Porque tengo este tonto corazón incapaz de abandonar, soy incapaz de abandonar al que me llena la cara de baba cada vez que me ve y que agita su cola como si estuviera viendo algo realmente maravilloso, soy incapaz de abandonar al gatito que siempre acude a mí por su dosis de amor, soy incapaz de abandonar a un hombre que me abandonó por muchos años pero que amo casi en silencio porque no se deja amar: mi padre. 

Por eso siempre digo que nadie debería enamorarse de mí, nunca lo hagan, nadie, es de lo peor que pueden hacer en la vida. Soy una persona triste, muy triste, siempre y eso no va a cambiar, yo no quiero ser feliz, mi concepto de felicidad y el mundo en el que vivo son absolutamente incompatibles. Tengo ratos felices, claro y me encantan, valoro y amo mucho aquello y a aquell@s que me regalan felicidad y lo saben, nunca me canso de decirlo, cada ser humano que me ha pintado una sonrisa en el alma está enterado y es algo que nunca tendré cómo agradecer. Yo no sé cuántas personas se han enamorado de mí pero son muy pocas y eso me alivia bastante porque creo que he lastimado lo menos posible. No me gusta salir de casa, no me gusta ir a fiestas, no me gusta estar con la gente, lo único que deseo es estar en mi cuarto, escribir y esperar a que llegue un buen momento. 

Me veo como en una sala de espera aguardando con ilusión a que se abra la puerta y me llamen, no sé a dónde me va a llevar, pero cualquier lugar o no lugar es mucho mejor que aquí, aquí todo me pesa, todo me duele, todo me llueve, todo se me niega, todo está podrido desde el inicio, estoy tremendamente agotada. No sé cuándo se abrirá esa puerta y tampoco puedo quedarme ahí sentada sin hacer nada mientras espero porque me volvería aún más loca, entonces hago cosas que me gustan para que la espera no sea tan cruel, estudio lo que siempre he querido estudiar, escucho mi música favorita, acumulo kilómetros sobre dos ruedas movidas por mis piernas, hago yoga, pienso, escribo y hasta me enamoro inesperadamente, este último punto es difícil. Me enamoro y busco ese romance de novela porque no me gustaría irme sin saber qué se siente que te amen de esa forma pero al mismo tiempo espero que la persona que amo no se enamore de mí porque yo mañana puedo ya no estar y eso es una crueldad enorme. Por eso siempre he salido con personas que tienen compromisos o con personas que sé que no se enamorarán de mí o alejo a la gente lo más posible, siempre. Soy incapaz de lastimar incluso a una cucaracha que tanto daño me hace. 

Nunca planeo ni deseo enamorarme, lo evito de mil maneras pero cuando menos lo imaginas, de la manera más inesperada sucede y es una sensación bellísima, descubre partes de mí casi vírgenes, me llena de un bienestar enorme pero también me angustia porque sé que no tengo grandes cosas que ofrecer y no quiero dejar destrozos a mi paso. Amo por el placer de amar, no espero nada a cambio porque no tendría los recursos suficientes para honrar que alguien me amara de esa manera que yo sueño, no puedo, me queda muy claro que jamás tendré ese amor bonito, es un hecho que tengo bastante asumido, lo más que puedo hacer es amar con todo lo que tengo, así de natural, de libre, de sincero, de grande; lograr decirle a mi_luna_llena lo tremendamente especial que es y lo bien que me hace sentir, lo mucho que agradezco su existencia, lo mucho que me encantaría darle el amor que se merece para que ella también pudiera volver a sentir de nuevo, pero soy siempre un ser moribundo y ella es tan bella que se merece mucho más que mis restos. Lo que puedo es escribirle el tiempo que me queda, enviarle cartas, postales, algún regalo, dibujarle la mayor cantidad de sonrisas posibles, vibrar con su voz, maravillarme con sus letras, esperar que este amor que siento pueda darle alegrías y dejarle algo lindo, nunca hacerle daño. A mí me basta con su existencia, mi amor no necesita más motivos ni esperanzas que saber que en algún lugar al otro lado del océano se encuentra la mujer más bella del mundo dedicándome una que otra vez alguna de sus sonrisas.


No soy buena amiga, no soy buena novia, no soy buena hermana, no soy buena hija, no soy buena nieta, no soy buena con mi perro. Por eso no hablo con nadie, por eso no busco a nadie, por eso no recojo a cada perro que encuentro en la calle, por eso evito todo contacto posible, estoy siempre tan ausente que creo que todos se tardarán mucho en saber que ya no estoy y lo único que deseo es no hacerles daño o hacerles el menor daño posible porque todos han sido muy buenos conmigo. He estado perdiendo cosas maravillosas y no es que no quiera recuperarlas, es que no quiero que estén tan cerca de mí porque no quiero hacerles daño. Soy experta en el dolor y lo conozco tan bien que es lo último que deseo provocarle a la gente que aprecio.

Yo no necesito que nadie me salve, no estoy a salvo en este mundo, solamente quiero que me dejen ir. No quiero tener nuevos amigos, no quiero tener más perros, no quiero tener una novia que me haga el centro de su existencia, no hago planes, no he pensado en una casa, en un trabajo, en un futuro, solo quiero descansar, solo quiero sentir que floto, quiero volar. Y sigo sosteniendo que yo nunca debí haber nacido y siempre les pediré que me perdonen por no haber logrado ser lo suficientemente invisible como para que, a pesar de lo maravillosos que son, nunca me hubieran notado y no tuvieran que pasar por este trago amargo, lo siento mucho, ojalá que ustedes no me hubieran conocido a mí, pero en lo que a mí respecta ha sido de lo más bello del mundo haberlos conocido a ustedes. Mi Tomás, mi abuelo, mi Coconi, mi Lorenzo,  mi hermana, mi quesito, mi_luna_llena, mi papá, mi Sevi, mi Renato, mi Fede, mi jansilva. Les antepongo "mi" porque de verdad que cada uno de ustedes son un enorme e indispensable trozo de mi ser, si alguno de ustedes hubiera faltado nunca hubiera conocido la felicidad ni la amistad ni el amor.

¿Por qué escribo esto? Porque siempre lo tengo en la cabeza, como mil cosas y nunca lo escribo. Creo que es importante hacerlo porque la vida es muy frágil y las decisiones que uno toma no siempre tienen la calma y el temple requerido. Si algún día esto aplica, me sentiré tranquila de que se los he dicho y si no, pues nada, es lo que tengo siempre en la cabeza y ya.

Pienso también que no debo escribir tanto, pero sé que es peor no hacerlo. También sé que ya es muy noche, que no he comido, que estoy tan deshidratada que he querido llorar y no he podido y que lo mejor que podría  hacer en estas condiciones es irme a la cama, me encantaría que alguien me abrazara toda la noche, me encantarían muchas cosas pero la realidad me anula.

No hay comentarios:

Publicar un comentario