viernes, 2 de enero de 2009

Absurdas pretensiones

De absurdo me empapo y pretendo olvidarte,
urge desterrarte o al menos viajar a lugares que no sean tocados por tu huella.
Pretendo buscarme unos ojos nuevos que se abstengan de mirarte,
urge no percatarme de tu existencia.
Pretendo intentarlo todo para volver en la forma en la que me necesitas,
urge arrancarme este maldito deseo.
Pretendo dejar de temblar cada vez que apareces,
urge matar mis rincones llenos de ganas de ti.
Pretendo volver al instante en el que no sabía tu nombre y congelarlo todo,
urge rencontrar el punto en el que eras una simple desconocida.

Pretendo borrarte pero la goma no sabe de límites, borra todo o no borra nada;
si borra todo te pierdo, si no borra nada te pierdo,
borro todo y dónde queda el milagro de tus besos,
no borro nada y me sofoco en la cruel cercanía de tus labios.
Ha llegado el punto en el que siento que todo se ha perdido,
me he perdido y te he perdido, jodí todo y no sabes cómo lo lamento.
¿Sabes lo absurdo que es pretender verte como antes, como a los demás?
¿El ridículo papel que pretendo jugar al convivir contigo ignorando lo que siento?
¿El engaño de pretender borrar todo y comenzar de nuevo?
¿El costo de alimentar la falsa esperanza de que voy a lograrlo?
¿El descaro de someter a mis sentidos al bombardeo de tu belleza fulminante?

Urge arrancarme tu recuerdo que escalda.
Tu ausencia duele menos que mi maldito cotidiano bañado de ti.
Maldigo mi mano que tatuada de ti se desliza bajo mi pantalón.
Ya no sé si maldito o divino, el caso es que no puedo más.
El caso es que te he perdido y no sabes cómo me odio por eso.

Terminaré siendo nuevamente esa estúpida caricatura…
Léela, entretente, ríete, llévala a pasear a donde creas que te pueda servir de algo.
Siempre es un placer salir a respirar vida de tu mano aunque sea un rato.

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