Me acosas a diario, te niegas a perderme, tu persecución me refuerza en
cada intento lo patético que eres, ¿por qué te enoja tanto perdernos? El
grueso de la humanidad está contigo sin vacilar ¿qué te angustia? Qué
furia tan grande la tuya cuando me viste nacer de nuevo, no olvido tu
rostro intolerante poblado de miradas inquisitivas, por supuesto que me
atemorizaste, pero en definitiva era más el temor de una vida a tu lado.
Ser parte de ti fue tremendo, simplemente inolvidable, por fortuna será
un recordatorio cotidiano de lo que no quiero ser y me resultará
imposible no sentir profunda lástima por ti. Mi muerte al ser auténtica
vale infinitamente más que tu supuesta vida. Para mí lo que tú llamas
vida vale nada y mi camino que tanto te aferras en descalificar es tan
mío que nada te debo. Lo que más repudias de mí es que asumí mi
existencia y bajo dicho concepto te multiplicas siempre por cero. Mi
gran ventaja es que no tengo que ser perfecta como tú, salvaje y nativa
como nunca entenderás. Rutas inexploradas aguardan por mí, imposible
perderse porque todos son destinos, me debo a mí misma tantas locuras
que no podía darme el lujo de seguir gastando mi tiempo contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario