jueves, 17 de marzo de 2011

(md) Soñarte

Por más que mi lógica y la realidad se empecinen, no dejo de pensar en ti,
sólo eres posible en mis sueños y mi consciente no manda ahí.
Finalmente al despertar todo sigue igual,
lo único que cambia es que inspirados en ti nacen estos versos.


Yo permanecía tímida y cautiva mirando por la ventana paisajes conmovedores y de existencia asimétrica,
tomaste lugar a mi lado y yo, como siempre, no supe cómo hablarte
sólo deseaba tener la fórmula secreta para que te quedaras ahí por siempre.


Aún en este instante mientras escribo sin borrarte de mi cuerpo y de mi mente
revivo el momento en el que tus dedos curiosos buscaron mi mano y la acariciaron sin perder un solo detalle
y en mi mente se gestaba la esperanza de caminar a tu lado
de conocer tus pensamientos, tus miedos, tus alegrías, tus locuras;
de encontrar un sendero donde pudiera mostrarte sin prisa mi esencia;
donde pudiera conquistarte, contemplarte, escribirte, desnudarte, amarte.


Recuerdo cómo un temblor hirviente me invadió cuanto tu mano palpaba mis senos,
ni siquiera lograba respirar de manera adecuada, mi vitalidad pendía de tu caricia,
lograste desprenderme de este mundo, me invitaste al paraíso,
hiciste de la vida un infinito lleno de arte, de suspiros, de pasión y de ternura.


La sensación que experimenté cuando tu mano descendía por mi vientre
y se detuvo antes de llegar me mató lentamente,
tu mano se había ido sin sentir el calor y la humedad que fue capaz de desatar en tan breve instante.


La idea de que te vayas sin saber todo lo que me haces sentir es mi tormento
no creo nunca poderte explicar la fascinación que me provocas,
sé que jamás volveré a contemplar ese tipo de belleza tan única, tan tuya,
sé que nunca nos conoceremos y sé que siempre desearé nacer nuevamente para volver a mirarte
y sé que deseo cada noche volver a dormir para volver a soñarte.


Yo no me atreví a tocarte, no dejé de pensarlo pero no lo hice,
tal vez lo haré en el próximo sueño o tal vez jamás me atreva,
lo que me queda claro es que regresaré constantemente a sentir
esas breves caricias que hacen del placer una eternidad
y de mi una afortunada soñadora de tu existencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario